Un servidor dedicado se trata de un servidor físico que es usado única y exclusivamente por el cliente que lo contrata, disponiendo del 100% de su capacidad sin restricciones.
En contraposición, VPS, servidor privado virtual, servidor privado, servidor en la nube, cloud server, elastic server y nomenclaturas similares hacen referencia al uso de tecnologías que comparten un mismo servidor (hardware) entre varios clientes.
Sin embargo, merece la pena aclarar algunos conceptos:
El empleo de tecnologías de virtualización permite que una misma máquina física (hardware) pueda dividirse en distintos servidores (software). A pesar de basarse en el mismo principio, las tecnologías desarrolladas a partir de aquí han sido muy diversas y tienen un potencial distinto, lo que ha dado lugar a una caótica variedad de nombres comerciales que en muchas ocasiones ofrecen lo mismo.
Los servidores dedicados y los VPS tienen un coste mensual fijo, y su capacidad máxima será siempre la contratada.
Los servidores en la nube/cloud/elásticos se facturan por horas de funcionamiento (aunque estén en reposo), teniendo un coste/hora superior al técnicamente idéntico VPS, con la diferencia de permitir una asignación dinámica de recursos para atender picos de demanda de forma automática.
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